lunes, 31 de agosto de 2009

Una Historia de Amor ~ Reflexión

¿Por donde he de comenzar esta hermosa historia de amor, que dio vuelta a mi vida, que me inspira y que me hace sentir único?

Desde que la vi, sabía que era ella a quien buscaba. Era tan brillante como la luna, tan preciosa como una joya, tan bella como una estrella. Sus ojos de un color verdoso tan vivaz como la primavera y su sonrisa tan cálida como el verano. Cien poemas le recité, mil palabras le escribí. Aun así no llegue a su corazón. Pero es ese sentimiento, que no basta con llamarlo ‘Amor’, esa sensación que no tiene nombre.

Nunca me quiso, nunca me querrá como yo la quiero. ¿Por qué es hermosa esta historia? Simplemente por el hecho de saber que yo, como ser humano, soy capaz de seguirle amando hasta el fin, sin importar si me corresponde o no, si me quiere o no. El amor no es reciproco pero es inmutable, no se puede hacer pasar por otra cosa. No es el pensamiento ni la razón lo que nos hace humanos, sino, la capacidad de dar todo lo que tienes por alguien que ni siquiera conoces.

¿Entristecido? Claro, no soy feliz, daría lo que fuera por estar con ella, pero de algo estoy seguro. El destino, por más cruel e injusto que sea, siempre nos sorprende con algo nuevo, con algo diferente. Solo queda caminar con la frente en alto, y agradecer a Dios por hacerme sentir eso que no muchos sienten, el verdadero Amor.

domingo, 30 de agosto de 2009

Tiempo ~ Reflexión

El reloj sonaba con un ritmo singular, el alargado péndulo se movía de lado a lado de tal forma que parecía chocar contra la base del artefacto, a su vez, el minutero permanecía inmóvil, intacto.

Una Helada brisa entro por mi ventana, en pocos segundos, esa brisa se convirtió en un feroz viento que rompió los cristales de las frágiles ventanas de la casa. Tanta fue la fuerza de aquella ventisca que el minutero empezó a andar, el péndulo se movió más rápido, haciendo sonar las campanas del anticuado reloj, marcando las doce. La medianoche. La máquina, por inexplicable razón se colapsó, transformándose en polvo, en cenizas tan oscuras como la noche misma.

Tiempo, el tiempo es frágil, pasa rápido, y cuando nos falta, siempre queremos más.

miércoles, 26 de agosto de 2009

Tú ~ Poema

Tú ya sabes lo que yo siento…
¿O no?
Si no te ha quedado claro,
Permíteme explicarlo…

Tú para mí lo eres todo.

Ya no creo en el paraíso,
Pues lo vivo a tu lado.
Me haces vivir cada momento,
Cada instante, cada sentimiento.

Y aunque quizás ya lo sepas,
Tú me tienes a tus pies,
Me tienes como un amigo,
Como un compañero, como un conocido.

Sólo espero que algún día puedas interpretar mi mirada.
Perdida en tu hermosa voz, perdida en tus profundos ojos.

Solo puedo decirte que te amo.
Que te amo más que a nadie,
Más que a nada.
Yo, por ti, estaré dispuesto a lo que sea.

La pregunta es…
¿Te arriesgaras conmigo?
¿Me darás la oportunidad de hacerte feliz,
Tanto como tú me haces ser?
¿Corresponderías a mi amor?

No te preocupes…
Sabré interpretar tu silencio…
Te Amo.

miércoles, 19 de agosto de 2009

Nosotros ~ Poema

Éramos solo dos,
todo lo hicimos solos.
no necesitábamos nada,
no necesitábamos a nadie.

Solo estábamos tú y yo,
Los demás no importaban.
Ahí estaba tu alma,
Ahí estaba tu mente.

Tú dormías en mi hombro,
Yo te dejaba dormir.
Yo te daba besos, abrazos, caricias,
Tú me correspondías.

Y aunque ya solo queden escombros
de eso que nosotros llamábamos amor,
estoy feliz
solo porque tú lo estas.

Triste Noche ~ Poema

Pienso en tu cabello
tan frio, hermoso, bello.
Pensar que no es mío,
que ni siquiera a eso me acerco.
Solo amigos, esta noche,
triste noche.

Entre la oscuridad susurro tu nombre,
esperando que aparezcas a mi lado,
con tu corazón en la mano, alzado.

Tírame al abismo,
apuñálame por la espalda,
grítame en la cara.
Pero solo somos amigos, esta noche,
triste noche.

Déjame tomar tu mano y decirte que te amo,
déjame cargarte y atravesar el mar,
déjame ayudarte a ser feliz.

Es triste la noche,
pues la luna nos llora un lago,
solo, querida amiga,
Porque no esas hoy a mi lado.

sábado, 15 de agosto de 2009

Felices para Siempre ~ Cuento Corto

El joven, vestido con un traje formal y una cara larga, se encontraba sentado con la mirada perdida en la rosa marchita del florero. Frente a él, una silla de roble, ya carcomida por los años, vacía.
-Solo tenías que decir que no me amabas… eso era todo.
Dijo aquel hombre mirando el lugar vacío.Se puso de pie y sirvió dos copas de vino tinto, a ambas les agrego varias gotas de cianuro, esperando terminar con el sufrimiento rápidamente.

-Este último brindis, Por nosotros, Por nuestro maldito orgullo y por mí sentimiento no correspondido.
Alzo la copa al aire, sus ojos se humedecieron por los miles de recuerdos que volaron por su mente en esos momentos. Sin pensarlo dos veces, el joven dio un profundo sorbo a la copa de vino envenenada.Sus pupilas se retractaron, sus músculos dejaron de reaccionar. La copa cayó al piso estrellándose en el suelo, y en pocos segundo, el también cayó al suelo, con una leve sonrisa que mostraba un leve sentimiento de esperanza y los ojos abiertos, como si mirase la desfragmentada copa.

Al momento llego aquella mujer a quien amaba, preparada para darle la gran noticia. Ella había decidido dejar a su esposo, vivir en la mentira, vivir un “felices para siempre”. Sin embargo, solo encontró al joven. Muerto.

Afortunadamente, ella sabía que no valía la pena morir por una causa perdida, Aún así, lloro sobre el cadáver del hombre, jurando por su vida que no volvería a cometer el mismo error. Pero el destino no le dio otra oportunidad, ella murió joven también.

En esta vida el único que pierde es aquel que se da por vencido en medio de la lucha. No te rindas, no sabes cuándo será el “Felices para Siempre” que has estado esperando durante toda tu existencia.

Hasta que la Muerte nos Separe ~ Cuento Corto

Tenía las manos manchadas de sangre fresca, su cuerpo estaba tirado frente a mí, esbozando una sonrisa de inocencia que resaltaba entre su cabello rubio y sedoso. Su piel se había vuelto más blanca que el marfil, junto con la profunda herida en su pecho, que no dejaba de generar sangre y sufrimiento para quien le mirase.Justo en medio del pasillo de la catedral, tirada en el frio mármol gris, ella había decidido quitarse la vida antes que pasarla a mi lado.

Su cuerpo se veía más triste que un mar sin arena. El Arma homicida, una estaca, seguía siendo sostenida con fuerza en una de sus manos. La madera ennegrecida hizo resaltar en su mano aquel hermoso anillo que le había comprado, no es que lo necesitáramos, simplemente lo usamos para simbolizar nuestro amor, el cual yo creía eterno.

Mientras yo de rodillas la veía con mis ojos llenos de lágrimas de amargura, sufrimiento y rencor. Sabiendo que nada, ni siquiera la venganza misma, podría devolverla a mi lado.

La gente ya empezaba a entrar para presenciar la ceremonia de casamiento, lo único que veían eran mis manos ensangrentadas sobre el cuerpo de la novia. Crudos gritos de susto. Estoy seguro de haber escuchado a todos gritar “Asesino” cuando mi intención era la más noble.

Salí corriendo de la catedral, la llovizna lavaba mi cara, y las gotas se confundían con mis lágrimas. Mientras veía al cielo, baje un poco la vista al suelo, pero antes de poder mirar la tierra de la avenida un hombre de blanco capturo mi atención.

Definitivamente, era él. El era el sujeto que había hablado con mi futura esposa junto antes de la ceremonia, no podía haber otra razón, ese hombre de blanco. Camine hacia el, y lo encare.

Solo sentí el impacto de la bala en mi pecho, no alcance a ver el arma en manos del sujeto. Por el impacto, Salí disparado y caí al piso de espaldas. Mis ojos veían perdidamente al cielo, mis últimos respiros eran los más duros que había sentido. Mi corazón palpitaba, golpeando mis costillas. El dolor era inaguantable.

Al poco tiempo, estaba en un lugar completamente en blanco, no había paredes, no había piso, me mantenía de pie en alguna superficie invisible. El disparo ya no estaba ahí. Pero ella sí.