Mis lágrimas son tinta, las cuales caen sobre el papel. Cada verso, cada palabra, cada escrito, una pena, un recuerdo. Y ahora me pregunto ¿Por qué escribo? Escribo para olvidarme del mundo, para no tener que recordar la triste y amarga realidad que vivo cada día. Escribo para desahogarme, para que no me veas triste, para que no me veas derrotado. Escribo por ti, por nadie más.
Cada filosa espina que insertaste con fuerza en mi corazón es un motivo más para continuar escribiendo. Cada gota de sangre que me hiciste derramar, es otra letra, otra palabra, otro escrito que seguramente no leerás. Estoy seguro que estas palabras esclavas de ti, jamás te verán, y si te ven, será por casualidad. Cuando este texto de dignes a mirar, seguramente no le hallaras sentido alguno, pues tal cosa seria como pedirle a Dios que cambiara el mundo, como pedirte que estuvieras a mi lado.
Hojas rotas, tinta derramada. No seré yo el único que sufra por estas causas. Mis versos nunca llegaran a ser oídos por personas como tú, frías, crueles, pero al fin y al cabo humanas. Distinguidas serán estas palabras que con sufrimiento se forman, tanto sentimiento retraído ha roto los grilletes que le sostenían. Un suéter tejido con mis últimas lagrimas, un último texto de sangre manchado. Ése es tu regalo.
No dejaré que el mundo me deje tirado, pues la vida solo suspira para sí misma y no para otras personas. Ya me has tirado por el abismo del desamor, Cupido falló al no poder disparar esa flecha. Mi corazón corrompido hoy llora por última vez para ti. Embotella mis lágrimas, embotella mi tinta, embotella mis palabras, es la última vez que las veras.
Te diría que te amo, pero sería tan hipócrita que hasta a mi me dolería hacerlo. Aun así, donde hubo fuego, cenizas quedan. Es una lástima que en lo nuestro nunca se encendió la llama, nunca hubo fuego y por lo tanto, es cuestión de ser suficientemente idiota para seguir buscando las cenizas de una pasión que nunca existió, y por si te lo preguntabas: sí, sigo siendo idiota, lo suficiente para quererte.